Esta idea, que en resumidas cuentas significa “solo se vive una vez”, está empujando a miles de trabajadores muy bien pagados en todo el mundo a dejar sus puestos en multinacionales y ponerse a trabajar en otras compañías más modestas, con un menor salario, pero más tiempo libre para poder dedicar al ocio o a la familia.
El concepto YOLO ha saltado a la palestra tras un reportaje de The New York Times en el que se cuentan varias historias de profesionales americanos, sobre todo dedicados a la consultoría o al derecho, que han decidido dejar sus empleos en las mejores firmas para poder disfrutar de sus vidas, a pesar de cobrar bastante menos en sus nuevos puestos.
«Me di cuenta de que estaba sentado en el mostrador de mi cocina 10 horas al día sintiéndome miserable. Pensé: ‘¿Qué tengo que perder? Podríamos morir todos mañana’”, explica en el artículo un abogado de 33 años de Orlando. Así, renunció a su puesto de socio y aceptó un trabajo en un pequeño bufete que dirige su vecino. Este caso ilustra perfectamente la filosofía YOLO, un concepto que puede llegar para quedarse.
Sin embargo, la economía YOLO solo está al alcance de unos pocos. Aunque, según algunas encuestas, el 40% de los trabajadores de todo el mundo se planteará dejar su trabajo a lo largo de este año, lo cierto es que solo los que tengan un colchón financiero importante podrán elegir ganar tiempo de ocio frente al trabajo.
¿De dónde nace la economía YOLO?
El término YOLO (You only live once) se popularizó hace una década por el rapero Drake, y ahora ha sido tomado por los trabajadores jóvenes mejor pagados para explicar una tendencia que tiene una explicación de lo más coherente.
Hace apenas unos meses, los analistas de primer año de Goldman Sachs se manifestaron para pedir que su jornada semanal se redujera de 95 a 80 horas semanales, poniendo sobre la mesa los horarios infernales y las duras condiciones de trabajo a las que se ven sometidos. Esta cultura corporativa afecta a casi todos los bancos de inversión, consultoras y bufetes de abogados de primer nivel, y ha generado graves problemas de salud entre los empleados, incluyendo algún caso de suicidio o fallecimiento por estrés.
Así, la economía YOLO se suma a otras tendencias como el job hopping, que los trabajadores más jóvenes utilizan para poder disfrutar de un tiempo de ocio de calidad mientras crecen como profesionales. En este caso, suelen cambiar de compañía cada dos años, buscando mejores salarios y, sobre todo, mejores condiciones laborales que les permitan conciliar su vida personal con la familiar.
Fuente: Emprendedores